sábado, 9 de abril de 2011

No vengas a mi

no me busques esperando encontrar plácidos remansos de paz y cálidas ensenadas donde cobijarte. No pienses en mí para encontrar tu destino. Mi corazón no es valiosa presea que cualquiera pueda ansiar, es un atormentado carbón que absorbe toda la luz que recibe.
No soy lo que tu esperas encontrar cuando me miras, no soy una cándida florecilla aunque si peco de ingenua mariposa extraviada. No soy una persona generosa y mis defectos me hacen ser una fiera esquiva, egoísta, impaciente. No le pido a nadie que me acepte, pero el que lo intente se expone a un vendaval de consecuencias.
Un espíritu cansado y un doliente corazón son legado de mi breve intervalo navegando por esos mundos del cariño, navegué con las velas henchidas de ilusión, con la bodega repleta de esperanzas. Mi rumbo era siempre el mismo y mi destino acabó por ser un espejismo. No importa cuántas veces lo alcance, cuantas veces amarre mi barco a su puerto... al final acabo por volver al mar de la desesperanza, con mis velas ajadas y mi bodega podrida por el gusano de la indiferencia.
Quisiera acariciar tu rostro con las yemas de mis dedos, depositar un suave beso apenas imperceptible y fugaz en tus labios, pero el tuyo no es mi camino y tu acudes a mi curioso, juguetón, travieso cual sátiro ilusionado por encontrar al fin a su ninfa. Ni soy ninfa, ni soy diosa... no soy siquiera una agraciada mujer... solo soy un agujero inmenso que convierte todo lo que toca en vacío. Soy el monstruo de la desilusión.

2 comentarios:

  1. Nadie es perfecto,y eso es precisamente lo que nos hace unicos a cada uno,por simplemente ser quien se es. Tener virtudes y defectos es lo que nos hace humanos.

    ResponderEliminar
  2. Igual al interesado no le intersa ese producto que le vendes, sino reir contigo jeje...

    ResponderEliminar