martes, 26 de abril de 2011

Debilidad

A veces he escuchado una máxima que se nos pretende hacer creer, y es que en un principio el mundo era de los fuertes, de los capaces de cazar, de sobrevivir pero que ahora, con la evolución y la civilización moderna, el mundo era de los inteligentes. Los inteligentes no son precisamente fuertes físicamente, más bien su fuerza es su intelecto.
¿Que ocurre con los individuos que no tienen ninguna fuerza especifica? ¿O al menos una que sirva para algo? Mi inteligencia no es superlativa, me considero inteligente a secas, y mi fuerza física es nula. A veces me han dicho que mi gran potencial esta en mi corazón... y una mierda. ¿De que me sirve albergar bonitos sentimientos? ¿De que me sirve ser capaz de transmitir cosas bellas cuando escribo? Para nada.
Somos solo débiles criaturas que adornan la existencia como decorados en un escenario mientras los que su potencial es útil se reparten el mundo y el destino de los demás.
Y encima estorbamos... los fuertes de carácter nos desprecian, aborrecen nuestros lloriqueos sensibleros. Los inteligentes nos aborrecen por que dedicamos nuestro tiempo a penar por sentimientos excelsos mientras ellos solo malgastan su tiempo en mejorar el mundo. Los fuertes, los poderosos simplemente nos aplastan como las cucarachas que somos.
¿Que hay de ti vampiro? ¿sin mi sangre de que te alimentarás? ¿Si no me dejo morder de que vivirás?
Como corderos pastamos en vuestros verdes pastos... para que tu tengas mi sangre yo debo alimentarme de ti. Para que tu leas odas románticas, libros que han quedado para la historia, obras maravillosas que han trascendido los siglos, tú, maldito ser superior has tenido que alimentarnos. Porque no solo de pan vive el hombre, ni solo de si mismos, de su adoración egolatra viven los seres superiores.

1 comentario:

  1. Pienso que te equivocas. Quienes más han aportado a la humanidad han sido aquellos que han canalizado sus sentimientos hacia el bienestar ajeno. Para eso, no hace falta ser extremadamente inteligente. Eso sí, hay que tener sentido de la empatía, de la paciencia, de la esperanza, deshacerse de rencores, desear el bien ajeno y colaborar en conseguirlo. Y de éso, muchos inteligentes adolecen. Trascienden muchas más personas por haber amado, que por haber pensado.

    ResponderEliminar