martes, 13 de septiembre de 2011

Sangre

Derramandose de mis entrañas, resbalando por la piel de mis brazos, goteando de todos y cada uno de mis dedos.
Sangre de mi corazón, mi vida roja y espesa que desaparece en ríos caudalosos.
Sangre y carne, huesos y músculos... Sangre que duele, sangre que quema... sangre que veo desaparecer entre mis manos cada vez más vacías.
Sangre que me lleva hacia la muerte.

1 comentario:

  1. La sangre, mientras fluya, es señal de vida.
    Y no quema, ni por calor, ni por frío. Es tibia, como nosotros. Es el agua de nuestro cauce. De modo que, encáuzala hacia la vida, y no hacia la muerte.

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